viernes, 29 de mayo de 2009

A los hijos

pequeño, dulce pequeño
guíame
llévame
decíme cómo mirar por la ventanilla del colectivo
sin sentir tristeza
cómo jugar con las calles, con los nombres,
con el pasado.

pequeño, dulce pequeño
enséñame cómo estar
cómo hablar, cómo decir
guíame
agarra mi vieja mano de agarrar
y reitera mi comedia, reitera mi sonrisa
arrástrame por las calles
y que todos miren y que esto no importe
enséñame de vuelta a saltar en un pie
enséñame
que me he olvidado todo
enséñame a caminar despacio
a ver las líneas que forman las baldosas y seguirlas sin caerme
en un ritmo bueno
confortante

pequeño, dulce pequeño
decíme cómo terminar, cómo empezar
cómo borrar las imágenes grises que me atan
que me forman
edúcame, enséñame
decíme cómo hago para flotar, cómo hago para pasar por las cosas
sin que esto, irremediablemente, duela
decíme
habláme con tu voz
destruye mis hilos
destruye mi voz
sé que te pido demasiado
sé que es imposible
sé que está mal pedirte esto
pero yo estaré esperando
atento
cualquier señal.

pequeño, dulce pequeño...
enséñame
a ser vos...

2 comentarios:

Eduardo "Fabio" Asis dijo...

Sobre todo me impactó ese... "decime cómo hago para pasar por las cosas sin que esto irremediablemente duela"... suplicar a los hijos que nos eduquen... me pareció de una lucidez y una humildad maravillosa. ¡buenísimo, ché!

Unknown dijo...

Me emociona mucho eso de "ver las líneas que forman la baldosa y seguirlas sin caerme"...será eso la niñez??, Maxi, en esta poesía fuiste capaz de ser niño y no cualquiera tiene esa capacidad y valentía, gracias y ya me llevo esta poesía para Pedro...