lunes, 22 de febrero de 2010

No sos nada

tu padre y tu madre han repetido hasta el hartazgo:

“no sos nada”

y las palabras han caído en tu boca
en tus bolsillos como pesados corazones de cal y cemento
haciendo del camino un largo y único color

“no sos nada”

y uno empuja
mueve los brazos, desesperados, en círculos
brazadas en el aire
brazadas en el desierto
para abrirse paso
para estirar los conceptos
que, represores, dictan todo desde su olimpo
y nada
el mundo repite:

“no sos nada”

y la voz retumba como un nombre
como el verdadero nombre
porque el otro
el que llaman auténtico
es una mentira
una excusa para tapar lo que realmente se impone

los padres nunca en verdad nombran a sus hijos
porque repiten:

“no sos nada”

luego crecemos
nos hacemos
nos rehacemos
compaginamos el deseo, la pereza y el dolor
pero la voz perdura
regenerándose, volviéndose humo
daño
hogar
y se hace tan general
tan implícita
que nadie puede escapar
a su discurso
por eso
aquí
en esta hora
que no sé qué es
digo lo que no se puede decir

sólo estoy tratando de salvar el día...

2 comentarios:

Unknown dijo...

hay veces que no se trata de salvar el dia sino de entender el dia que lleva nuestra cabeza, porque pensamos y actuamos ese dia asi. es ahi cuando entra el auto-analisi... y hay cuanto de dificil es!

todo lo que sea entendernos es bueno para tratar de salvar el dia y tratar de salvarnos nosotros!

porfavor, sigue dandome que pensar!! mi cabeza te lo agradece

mua (la teva veïna del 2n esquerra del passadis)

Marta dijo...

Es interesante còmo influye en nosotros aùn de grandes, el mandato familiar... o la reprimenda... me hizo pensar mucho este texto...
En mi caso... mi viejo ensalzaba mis virtudes hasta lo impensable... nadie era merecedor de mì... de mis talentos... de mis favores... y yo... con mi ùnica dècada y un par de años màs.. lo creìa todo... Pero a`èl un dìa se le dio por morirse... y yo... salì a la vida real... y sentìa que mi ser era una especie de pelota aporreada por jugadores de fùtbol superdesarrollados... me daba la cabeza siempre en lugares distintos.. la vida vapulea sin piedad... y yo... sòlo era otra aguja enel pajar... nada tan especial... y doliò tanto...
y si bien no es un reproche...jamàs reprocharìa nada... pero sì puedo analizar mi conducta de hoy, mis falencias y aciertos de hoy... en base a aquel mensaje recibido en esa etapa "esponja" del ser humano... la etapa en que todo es aprendido inmediatamente y sin discusiòn...
Muy interesante! un abrazo.